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viernes, 26 de febrero de 2010

Los Elfos



Elfos

Los elfos son criaturas de la mitología nórdica y germánica que originalmente fueron considerados una raza menor de dioses de la fertilidad


Los elfos son humanos de apariencia frágil y delicada, Los elfos tienden a ser un poco más bajos y delgados que los humanos normales
En todas las épocas, el ser humano ha creído en la existencia de fuerzas, de poderes, de seres ocultos, de seres de otras galaxias o simplemente que no vemos, ahora hablaremos de los elfos silvanos, quienes son estos seres de luz, existen?

Es posible que la denominación provenga de la Mitología Nórdica, en la que Elfos eran el conjunto de todos los Seres Fantásticos que poblaban esas frías tierras. Se dividían en los Elfos de la Luz y los Elfos de la Oscuridad, liosalfar y dockalfas. Cuando los Elfos llegan a Escocia se identifican con Seres Feéricos de tamaño humano, y Elfame es el País de las Hadas. Por el contrario, en Inglaterra son las Hadas de tamaño diminuto las que reciben este nombre, y la literatura francesa y victoriana populariza esta figura minúscula que habita en las Colinas de los Elfos.

E n las distintas lenguas nórdicas nos encontramos con los elves ingleses, los alfar germánicos, los elv daneses, los elfvar suecos, elfor o ellefolk escandinavos, alp y elbe alemán, aelpen anglosajón y alfa islandés. Sin embargo, podría indagarse en la denominación una posible raíz latina: albus, blanco.



Las más bellas descripciones de los duendes Atos Elfos míticos las encontramos en Escandinavia, donde también se les conocía como el Pueblo de las Huldre. Los elfor escandinavos son miembros de una antigua cultura, amantes de la música, la danza y las artes. Dominan los secretos de la naturaleza y de las hierbas mágicas, conocen los astros y el futuro, viajan sobre los rayos del sol, pueden atravesar cualquiera de los elementos, pero prefieren la cercanía de las aguas. duendes elfos

Aproximemos nuestra mirada a las frías tierras del norte europeo. La península escandinava posee bosques de pinos, abetos, alerces, abedules, alisos, arces y robles. Muchos ejemplares de estos árboles son poderosas y robustas flechas que apuntan al cielo. Pero muy cerca de sus raíces, debajo o incluso dentro de alguna piedra, habitan los elfos; unos seres fantásticos que ejercen el verdadero dominio no sólo de estos bosques, sino de las montañas, de los lagos, de los arroyos. Ese es, pues, su reino; un reino indiscutido y que todos los habitantes del entorno aceptan entre temerosos y complacidos.

Los elfos son unos seres diminutos que si alcanzan los 30 centímetros ya se consideran altos. Si te encuentras alguno lo reconocerás enseguida porque posee una nariz muy fina, una boca considerable, unas orejas sobresalientes y puntiagudas y unas piernas delgadas. Además, por si te asaltase alguna duda, obsérvale las manos y los pies: son grandes, desproporcionadamente grandes. Pero no todos los elfos



son iguales. Unos son los elfos de la luz y otros los llamados elfos oscuros. Los elfos luminosos poseen un cuerpo transparente y, como tales, pueden atravesar cualquier cuerpo sólido. Incluso pueden detenerse un ratito sobre el fuego sin que éste llegue a afectarlos. Comprenderás que los elfos de la luz podrían vivir en el interior de cualquier lugar, pero ellos prefieren construir casas –eso sí, muy ocultas- y salir cuando la noche les presta la sombra para no ser vistos. Los elfos oscuros abundan mucho más que los luminosos. Su piel, si la comparas, es como la de los troncos de los árboles, en cuyas inmediaciones les gusta vivir; aunque también lo hacen cerca de lagos, de ríos o en medio de la maraña vegetativa de los bosques.


Los Elfos Silvanos son aquellos que más unidos a la vida en el bosque se encuentran. Con una piel de tono verdoso (y en algunos casos el pelo también), son capaces de volverse prácticamente invisibles en las zonas de vegetación frondosa. A pesar de todo esto, los elfos silvanos son una raza arisca y ermitaña que rara vez se mezcla en asuntos que no les inmiscuyan a ellos o a sus bosques.


Por signos escritos en el corazón de las cosas; los elfos fueron unas criaturas que brotaron de la voluntad del dios Eru. Este dios quedó tan prendado de su creación que aseguró que no habría otros seres con más belleza y que fueran más sabios que los elfos. Cuando surgieron a la vida lo primero que vislumbraron, en mitad de una noche sólidamente negra, fue la luz de las estrellas. Esta luz quedó prendida de sus pupilas y esa es la razón por la que sus ojos brillan cual diminutas bolas encendidas en el interior de los bosques, donde la oscuridad es intensa. Los elfos son seres extremadamente exquisitos en sus vestidos y en la oratoria que usan para comunicarse. Siempre pulcros y limpios, gustan de mostrar adornos en todo cuanto les rodea; hasta el punto de que sus casas se presentan cuidadosamente decoradas y las calles y las plazas de sus poblaciones pueden exhibir ornamentos rayanos en el lujo más desorbitado.

Una cuestión envuelta en el misterio es la que se refiere a la muerte de los elfos. ¿Pueden morir o son, como a veces se dice, eternos?. Estos seres mágicos no envejecen. El dios que los creó les hizo el regalo de la inmortalidad por causas naturales. El paso del tiempo, que para los mortales acarrea el envejecimiento, la decrepitud y la muerte, a los elfos los dota de sabiduría. Si sus grandes aficiones son la poesía y la música, imaginemos el grado de virtuosismo que pueden alcanzar en estas dos artes los elfos de larga vida.

jueves, 25 de febrero de 2010

sirenas

Tan tristes se humillan las olas a mis pies

Que suspiran mis ojos por amarlas.

Tan grande es la inmensidad de sus silencios

Que las gaviotas juegan en el pentagrama de sus espumas.

Olvidadas cantan las rocas a las sirenas muertas,

Las algas verdean al viento de sus corrientes

Y parecen tener ojos.

Tan tristes se humillan las olas a mis pies

Que parece que el infinito está a un paso,

Al otro lado de su boca, azul,

Tan grande es la soledad de sus susurros

Que los peces bailan alrededor de las sirenas

Muertas y muertos sus cantos

Por los besos de cien mil marineros hambrientos.

Las nubes son puños que se cierran jurando venganza al infinito.

Tan tristes se agrupan las arenas en mis manos

Que me diluyo de pura brisa

Y parecen decir algo.

Tan tercos suben los granos de arena hasta mis párpados

Que tras la niebla del dolor veo las islas

Doradas y muertas… cementerios de sirenas,

Nichos de voz: despojo de náufrago

Barril que flota… ola que se pierde…

Puños al cielo que se abren…

¿Qué son, lágrimas?

Salpica, pobre sirena, despiértame con tu cola…

Tan grande es su amor…

Tan pequeño el mar.

pegasos

Según la mitología griega Pegaso era un caballo mágico y alado, hijo de Poseidón, dios del mar, y de la gorgona Medusa. Esta fantástica criatura, veloz y rápida como el viento, nació del cuello de Medusa después de ser vencida y muerta por el héroe Perseo, quien le cortó la cabeza.
Poco después de su nacimiento, el mágico corcel golpeó con una coz el suelo del monte Helicón y en el acto comenzó a fluir un manantial, después consagrado a las Musas y que, según se cree, es la fuente de la inspiración poética.
Todos intentaron en vano capturar y amansar al caballo y ésta se convirtió en la obsesión de Belerofonte, príncipe de Corinto, que, siguiendo el consejo de un adivino, pasó una noche en el templo de la diosa Atenea. Mientras dormía, se le apareció la diosa con una brida de oro junto a él, y con ella pudo capturar y amansar fácilmente al caballo alado.
A partir de ese momento, Pegaso se convirtió en una gran ayuda para el héroe y lo acompañó en sus aventuras contra las amazonas y la Quimera, multiplicando sus hazañas.






Belerofonte, sin embargo, fue víctima de su propio orgullo. Cuando logró volar hasta la cima del monte Olimpo para reunirse con los dioses, el prudente caballo lo derribó y dejó que Belerofonte vagara sin rumbo, desconsolado y rechazado por los inmortales.
Pegaso encontró refugio en los establos olímpicos y Zeus le encargó que le llevara el trueno y el rayo, los símbolos de su poder. Posteriormente los dioses transformaron a Pegaso en una constelación.


Un Pegaso es un corcel alado de naturaleza mágica. Se trata de un ser inteligente, bondadoso y salvaje.

Un Pegaso es una criatura muy tímida que sólo puede ser domada por jinetes de buen corazón. Los Pegasos detectan el mal innatamente y no servirán a quien intente domarlos con fines malvados.
Cuenta la leyenda que Perseo decapitó a Medusa y de su cuello brotó Pegaso. Al poco tiempo de nacer, Pegaso golpeó el suelo del monte Helicón y de su golpe surgió un manantial, que se considera la fuente de la inspiración poética.



A pesar de los intentos de domar al mágico y veloz caballo, sólo Belerofonte lo consiguió después de pasar una noche en el templo de la diosa Atenea. Ésta se le apareció en sueños y le dio una brida mágica para domarlo. Belerofonte trató de volar con Pegaso hasta el monte Olimpo para unirse a los dioses, pero el corcel derribó a Belerofonte antes de conseguirlo. Zeus recompensó al caballo dándole alojamiento en los establos del Olimpo y le dio el rayo y el trueno como símbolos de su poder. Pegaso pasó a ser con los años una constelación estelar que se encuentra entre la de Piscis y la de Andrómeda.

Los Pegasos que nacen del cuello de una medusa decapitada pertenecen a una raza superior de Pegasos llamados Gran Pegaso, éstos son más fuertes y su tamaño es mayor. Suelen ser líderes de las hordas de Pegasos y sólo pueden ser domados por los héroes más nobles.

Los Pegasos tienen la forma y el tamaño de un caballo árabe y unas enormes alas emplumadas. Suelen ser blancos, aunque también se conocen marrones y hay rumores de Pegasos negros. Independientemente de su color todos los Pegasos son seres bondadosos y nobles.

Un hada es una criatura fantástica y etérea, personificada generalmente en forma de mujer hermosa, que según la tradición son protectoras de la naturaleza, producto de la imaginación, la tradición o las creencias y perteneciente a ese fabuloso mundo de los elfos, gnomos, duendes, sirenas y gigantes que da color a las leyendas y mitologías de todos los pueblos antiguos. Se puede provocar el contacto con ellas desarrollando la visión etérea según las leyendas. La mayoría de ellas se representan con alas.